Ejecución mecánica de actos sin ser consciente de ello. Esta es una de las definiciones que la Real Academia Española propone para la palabra automatismo. Mi extrapolación de esta definición al fútbol 7 es: conjunto de movimientos y acciones tácticas y técnicas que los jugadores deben ejecutar durante el juego.
Al contrario que en la primera definición, quiero destacar la ausencia de la palabra "mecánico" o de sinónimos (futbolísticamente hablando) de ésta, como "automático", "sin pensar" o "de memoria".
Claro está que el jugador y el conjunto deben, a medida que crecen y desarrollan habilidades para el juego, conseguir lo que popularmente denominamos jugar de memoria. Pero no sin antes haber pasado por un proceso de razonamiento, pensamiento, decisión, acierto y error y aprendizaje.
La aplicación de los automatismos de forma impuesta, sin posibilidad de decisión u opinión, disminuye enormemente la capacidad de decisión del niño (que no futbolista), lo que conlleva a una consecuente disminución de el futuro aprendizaje. Considerando la capacidad de decisión como un componente fundamental del desarrollo futbolístico del niño, mi propuesta para la aplicación y desarrollo de automatismos ofensivos en fútbol 7 es la siguiente:
En primer lugar, el entrenador debe saber que quiere conseguir a través de la aplicación de un automatismo determinado. Imaginaremos el supuesto caso de que el objetivo es enseñar a los jugadores a atacar de forma combinativa mediante el sistema 1-2-3-1.
Los jugadores deben conocer que es un defensa, un medio centro, un interior y un delantero y cuales son sus respectivas funciones. A partir de aquí, proponemos y ejemplificamos una serie de (pocos) movimientos básicos y simples para combinar y conseguir generar una jugada de ataque. Durante los siguientes entrenamientos podemos incidir en este ejercicio para conseguir, mediante la repetición, una mejora en la técnica y en la velocidad de ejecución.
Una vez logrado el primer objetivo, dificultamos el ejercicio añadiendo oposición defensiva. Con este cambio conseguimos generar dificultad en la circulación de balón, situación que con total seguridad nos conducirá al error. El cual es de vital importancia para la consecución del siguiente paso.
El niño se da cuenta de que siguiendo un mismo patrón de movimientos no podrá generar peligro, por lo tanto, se ve obligado a improvisar, acción que conlleva pensamiento, decisión y acierto o error. ¡AQUÍ YACE LA CLAVE DEL APRENDIZAJE!
Con la práctica, el niño aprenderá a que el medio centro debe jugar rápido, a pocos toques y evitando largas conducciones para, así, neutralizar la presión del contrario, que el delantero puede desmarcarse en apoyo o en ruptura, que no debe girarse con el balón estando de espaldas a la portería contraria, cuándo el interior debe pegarse a la cal o cuando debe generar juego por dentro... Un sinfín de movimientos, acciones y posibilidades que junto a la ayuda, guía y consejo del entrenador serán capaces de asimilar, desarrollar y ejecutar CASI sin pensar.
El automatismo no debe alejarnos del pensar y el decidir, bajo mi punto de vista eso sería un verdadero error. El automatismo, no solo debe introducir conceptos futbolísticos de forma escalonada, gradual y ejemplificada para garantizar una máxima velocidad y claridad en la ejecución de acciones técnicas y tácticas. Sino que debe ser la herramienta mediante la cual el niño sea capaz de desarrollar una capacidad de pensamiento y toma de decisiones que le conduzca a la consecución del objetivo, que en este caso es generar y crear una jugada de ataque de forma combinativa.
En conclusión, según mi opinión y mi experiencia como monitor en equipos de fútbol 7, el automatismo ofensivo debe ser una herramienta que ayude al desarrollo y evolución de la inteligencia futbolísitica del niño mediante la toma de riesgos y decisiones, la improvisación, el acierto y el error.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada